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lunes, 20 de septiembre de 2010

Galatea

La muerte es solamente el siguiente paso. El inicio

El psiquiatra ha llegado puntual a su cita del sábado.
Su abrigo chorrea por las pocas gotas de lluvia que se le escaparon del paraguas y su mirada detrás de los anteojos muestra que no tiene miedo aun sabiendo con lo que tiene que tratar
-Buenas tardes Dr. Schull
El policía le abrió la puerta amablemente e inmediatamente lo dirigió por la delegación hasta donde se encontraba el Inspector , amigos de la difunta y uno que otro chismoso detrás del vidrio que les permitía ver al criminal.

El cuerpo de Galatea fue encontrado en su departamento presentando señas de violación. Tenia cortados los brazos, las piernas, y una herida profunda en el cuello que fue la que le quito la vida
La casa estaba repleta de sangre. Carolina y Fernando encontraron el cuerpo y denunciaron a su amigo Humberto, quien pues presentaba manchas de sangre en toda su ropa, además de que confeso que el lo había hecho.

Los médicos forenses recogieron el cuerpo de la mujer envolviéndolo en la sabana blanca y con cuidado la sacaron del departamento entre los sollozos, lagrimas y lamentos de sus amigos y familiares.

El doctor Schull se abrió paso entre la gente con la misma duda en la cabeza que ellos y se decidió a hacer su trabajo.
Entro por la puerta hacia el pequeño cuarto blanco donde la incandescente luz de un foco apuntaba a unos rasgos de lo que parecía una sonrisa y un cuerpo totalmente inmovilizado por una camisa de fuerza manchada aun de sangre.

Solamente un escritorio separaba al doctor de su paciente, pero un millón de preguntas curiosas los separaban aun mas queriendo averiguar el origen del asesinato.

El doctor se dirigió a Humberto
-Debo suponer que no me dirás tu nombre….-

Las risas rompieron el silencio del cuarto.

-¿No es de suponerse que debes hacerme preguntas con palabras que nunca entiendo y enseñarme manchas de tinta?
Contesto.
-No, ese no es mi trabajo, yo estoy aquí para que me digas que es lo que paso
-Entiendo….
Asintió Humberto.

-¿Que te parece si hacemos esto por las buenas? - El doctor saco un cigarrillo de su abrigo aun mojado y lo prendió acomodándose en la silla de metal cruzando las piernas
-No pienso resistirme- replico la persona – Mas bien que voy a cooperar contigo… ¿que te parece si te cuento mi historia tal como paso?

-Adelante- dijo el psiquiatra tranquilamente.

Humberto se escondió mas entre las sombras para comenzar su relato.

-Doctor…suponiendo que es bastante bueno en la materia, usted debe de saber que no debemos confiar siempre en el otro, en algún momento siempre seremos apuñalados por la espalda por venganza, o en términos mas sencillos, el karma. ¿No es así?

El doctor solo asintió con la cabeza, indiferente.

-Aunque debo decirle con toda confianza que yo no soy de ese tipo, yo he amado con todo mi ser a aquella persona que me ha entregado mas que su corazón.
Por agradecimiento también siempre le he devuelto algo a ella.

-Ahh....

-No me interrumpa por favor.
Sin más rodeos.
Si usted mira através del cristal que esta aquí a mi derecha podrá ver a un hombre y una mujer, ¿cierto?

-Cierto.

-Sus nombres son Fernando y Carolina.

-Ellos son los que te entregaron a ti y al cuerpo.

-Si. Y fue así como paso:

>> Hace varios meses ya habíamos planeado venir de visita al departamento de Galatea.
Como pudo ver usted en mi identificación y las de mis amigos nosotros somos de Colorado y venir hasta este lugar representaba unas vacaciones estupendas.
A Carolina y a Fernando los conozco desde la secundaria y Galatea es la prima de Carolina.

A Galatea la conocí hace más de un año en un retiro en las playas de Fiji que afortunadamente nos toco disfrutar juntos.
Fue donde pude encontrar a la persona más hermosa de este miserable mundo……caí perdidamente enamorado de ella.
Ella, al principio no me ponía la debida atención al saber que tenia antecedentes psiquiátricos, pero al convencerla de que eso ya era otra historia comenzó a acercarse a mi como un hermano y yo disfrutaba mas que nunca su compañía.
El retiro duro alrededor de un mes y medio donde cada noche sin excepción nos sentábamos junto a la fogata frente a su cabaña y conversábamos durante horas para que yo aprovechara admirar su belleza ante una luz que de vez en cuando daba flamazos para que yo pudiera perderme de nuevo en los ojos grises que ella poseía, o para intentar imaginar que yo era el viento que acariciaba su piel gentilmente, tocada por la brisa sin que ella se quejara.
Solo me miraba através de las cortinas de su cabello negro que volaba en dirección constante
Nada me volvía mas loco. Ella era mi todo.
Me hablaba sobre muchas cosas, pues era una persona, inteligente. O simplemente me contaba aquellos datos curiosos que uno debe de saber siempre sobre una mujer.
Poco después me entere de que Carolina mi vieja amiga era su prima
Recuerdo entonces que acabó el retiro y nos intercambiamos nuestros números para seguir en contacto.
Yo era el que mas gastaba en llamadas para volver a escuchar su voz que me hizo soñar desde que me pronuncio su nombre el día que nos conocimos.


Hablar con ella me permitía imaginarla de nuevo abrazándome y susurrándome al oído palabras que nunca logre entender hasta que me separaron de ella.
Yo la amaba.

Naturalmente no toque el tema con Carolina, ya que no sabría su reacción a eso, preferí frecuentar a mis amigos y dejar los sueños en mi almohada donde solamente yo tendría acceso.

Como te dije, un año después decidimos organizar este viaje todos unidos aunque déjame decirte que Carolina y Fernando por mas esfuerzos que hagan nunca se han llevado bien gracias a que Fernando siempre ha tenido un carácter de distinción, ósea , una persona demasiado voluble lo cual Carolina no soportaba gracias a su inmenso orgullo.
Pero lo mas lamentable de su enemistad es que Carolina también siempre ha buscado la manera de dejarlo en ridículo o que lo culpen a el sin razón. Esto hacia enfermar a Fernando sin duda alguna.

En fin.
Después de tantos planes pudimos llegar hasta el departamento hace 3 semanas y nos acomodamos rápidamente para salir juntos a visitar el museo de historia natural.

Tomamos el almuerzo y cada quien subió a sus respectivos cuartos para tomar una ducha y arreglarse para salir.

Yo me quede ayudándole en la cocina a Galatea.

Ya habían pasado varios meses sin que nos llamáramos…a si que decidí romper el hielo.
Me acerqué lentamente a sus hombros mientras ella lavaba los trastes, empezaba a gesticular mis palabras cuando ella se cambio de lugar diciéndome “tengo que decirte algo”.
Cerró la llave, se seco las manos y se puso frente a mi recargada en la estufa para comenzar su discurso.

-“Humberto… tu y yo somos amigos y bien sabes que lo que hemos pasado juntos no ha sido en vano pero te voy a pedir que te alejes de mi por un tiempo”- Me dijo ella tan segura como nunca.

-“¿¿¿Por qué???”-. Le pregunte sin entender que es lo que me estaba queriendo decir.

-“Veras. Después del retiro hable con Carolina y pues …no quiero llevar mas allá una amistad en la que esta de por medio la necrofilia y el canibalismo”- Me contesto.

-“Te dije que eso ya era otra historia…ya vine hasta acá para verte!. No me vas a negar tu compañía. ¿Oh si?.-

-“No, simplemente te pido un poco de distancia”-.

La ira y la confusión me envolvieron profundamente.
Si. Es cierto que he sufrido de ciertos trastornos, pero lo que ella no entendía es que gaste una fortuna en tratamientos para seguir con mi vida sin preocuparme de mis deseos carnales, o al menos eso creía yo…

Dieron las 4 de la tarde y salimos hacia el museo, entramos y nos dirigimos primeramente a la sala de disecados.

Un bello casuario encabezaba la larga fila de aves gigantes del mundo. Yo la observaba interesado….aunque mi atención estaba en Galatea que miraba con los ojos entreabiertos la figura de un gavilán y se paraba en una postura digna de ella solamente. Los brazos cruzados y dejando caer el peso de su cuerpo en su pierna derecha, constantemente removía su larga cabellera a un costado de sus hombros para estar mas cómoda.

Carolina hacia algunas notas sobre la Foca y Fernando, con su actitud bastante reconocible, solamente se limito a sentarse en la banca.

Por estar concentrado en cada movimiento de mi amada no me di cuenta que Carolina ya había empezado a discutir con Fernando por la simple razón de que a ella no le parecía el hecho de que no aprovechara lo interesante el museo.

La discusión solo provoco que Fernando se adelantara al departamento con la cabeza hirviendo de furia.

Dos horas después de no prestar atención a las maravillas del museo por culpa de Galatea decidimos regresar.

Figuradamente visitaríamos Fernando en el departamento de Galatea, pues pareciera que se lo habría adueñado poniendo llave a la puerta y a las ventanas.

Tuvimos que llamar al cerrajero por un simple berrinche y entramos para acomodarnos y tomar algo de cenar. El ambiente ya no era tan denso y Carolina y Fernando mantuvieron distancia a mi petición.

Nos fuimos a dormir a eso de las 10 de la noche.
Yo tuve la maldita suerte de estar a un cuarto al lado de Galatea , pues podía escuchar su respiración amena de su sueño através de las paredes llamándome….llamándome…
Me tome la cabeza entre las manos y cerrando los ojos volvía imaginarla susurrándome al oído.
Esta vez se cruzaban las imágenes de los animales muertos del museo y sus piernas envolviéndose en mí. Recuerdo que la estruje contra mi, comencé a sudar y a rasguñar su piel de seda. A los dos zarpazos ya había arrancado unos cuantos pedazos de piel y sentía como brotaba su sangre caliente y aun llena de vida entre mis dedos.

En ese momento desperté de mis sueños gracias a un golpe que se escucho en la cocina. Me levante y tome las pastillas que tenia en mi maleta y me fui al baño.
Mirando al espejo solamente me cegaba por esas imágenes de Galatea entregándose a mi con su vestido rojo goteándole entre los muslos y la espalda mientras yo la sostenía besándola y susurrándole entre sus gemidos: “Te amo”.

Volví a recostarme en mi cama y cerré los ojos aun conciente de que no podía sacarme esas imágenes de la cabeza.
No intente resistirme a ellas, deje que se repitieran una y otra vez , regresaba cientos y cientos de veces la cinta de aquella película de encanto y no hacia pausa alguna , dejaba que todo pasara tan lento como pudiera haberlo hecho en vida. Lamentablemente ella pidió distancia.

Dieron las 7 de la mañana y yo aun seguía repitiendo y repitiendo las escenas a pesar de que ya llevaba la tercer pastilla.

Lo que tomaba era un tipo de calmante que me había recomendado Fernando cuando estudio solamente un año de medicina.
Debido a mis trastornos, constantemente he tenido que acudir a medicamentos para no dejarme llevar por mis sueños y el hambre que me provocaban<<

-¿Que paso las siguientes dos semanas?-. Preguntó el doctor aplastando el cigarrillo contra el cenicero improvisado con una hoja de papel bien doblada.


-No es necesario que lo maree con cuentos de como es la cuidad de Grecia. No es necesario que le cuente los lugares que visitamos ni nada de eso-.

-¿Que quieres contarme entonces?

-Quiero contarle Doctor, el recuerdo más bello de toda mi vida. El suceso que paso hace apenas unas horas….el momento en que Galatea me amo como yo a ella.

El Doctor volvió a acomodarse en la silla y prendió otro cigarrillo.

>> Nunca antes se me habría hecho aburrido visitar una cuidad nueva como esta, siempre me emociono conocer diferentes tipos de arquitectura. Pues ahora como nunca me parecieron basura al lado de Galatea que cada día lucia un vestido mas hermoso que el día anterior y cada uno mostraba una diferente parte de su cuerpo, y eso hacia que yo volviera a soñar como esa primera noche.
Teniendo enfrente el Templo de Artemisa me pareció un simple pedazo de piedra comparada con lo hombros de mi amada.
La gran estatua de Zeus se me hacia minúscula al lado del pecho de Galatea.

Todo me estaba volviendo más loco que nunca y limitarme a sueños me estaba enfermando.

Fue entonces que me decidí a hacer algo.
Habiendo tirado a la basura mi tercer bote de pastillas decidí intentar enamorar a Galatea como nunca antes alguien había hecho.


El jueves en la mañana comencé a actuar para tener todo listo en la noche, engañando a Carolina, a Fernando y a Galatea con un falso mapa de un supuesto museo recién inaugurado, pues esto me daría tiempo de organizar todo sin que ellos sospecharan algo.

Compre velas, escribí algunos poemas, prepare música de Mozart (la preferida de mi amada), prepare mi ropa elegante y puse unos cuantos cuchillos en la mesa al lado de unas copas vacías.
Esa noche mis sueños por fin se harían realidad y nada podría impedírmelo. Galatea y su vestido chorreante de color rojo serian míos esa noche.

Al cabo de las 6 de la tarde camine hacia el baño para mojarme la cara intentando quitarme el dolor de cabeza que me estaba matando cuando entraron los tres al departamento de improvisto.
No había mucho que temer ya que todo lo tenia oculto para que no se arruinara la sorpresa.
Volví a engañar ahora solo a Carolina y a Fernando pagándoles una cena en el restaurante “Royale” donde sirven unas aves deliciosas a unas cuadras del museo de historia natural.
A pesar de las diferencias entre ellos dos aceptaron la invitación y salieron inmediatamente.
Galatea me había comentado en el retiro que detestaba comer cualquier cosa con plumas, así que al ofrecerle quedarse conmigo en el departamento.
Aceptó.

Todo estaba listo. Invite a Galatea a ponerse cómoda en la mesa.
Encendí las velas y puse su disco favorito a un buen volumen, lo cual hacia que mi cabeza siguiera estallando de dolor.

Galatea no replico a ninguna de mis atenciones. Yo esperaba que volviera a repetirme que quería distancia entre nosotros.

Me senté al otro extremo de la mesa a contemplarla de nuevo…
Mi mirada recorría desde su cuello hasta sus pechos, desde sus mejillas hasta sus manos que se movieron delicadamente para tomar una copa.
-“Sabes que no me gusta que escondas el vino”-. Me dijo en tono burlón.
Le sonreí y me apresure a sacar los pergaminos donde le habría dedicado unas palabras para pronunciarle al silencio de sus pensamientos.

La mire por ultima vez, baje la mirada hacia mi letra y comencé a leerle. Ella sonrío, se mordió los labios y acaricio su cabello por encima de su pecho.

Ella siempre me habría comentado con mucha confianza por ser yo su amigo que no había una cosa mas efectiva que buena música y un poeta para conquistarla.
Sin pensarlo así, esa conquista llevo más allá de lo que yo pensaba pues antes de terminar el segundo poema volví a imaginarla frente a mí.
Cuando recupere el conocimiento por así decirlo, ya la tenia en mis narices y lo único que hizo fue rosar mi mejilla con la suya.

¿Sabes? No soy supersticioso, pero si te digo que por alguna razón, esa noche del jueves la suerte fijo su cruel corazón en mi para conceder por primera vez en mucho tiempo que yo tuviera la oportunidad de acariciar a Galatea. Al cabo de unos segundos pude probar sus labios…
El dolor de cabeza se hizo mas intenso con punzadas en mis sienes cada vez que estrujaba su cuerpo contra el mío, podía sentir cada vez que acariciaba su espalda su sangre fluyendo.

Después de haberla recostado sobre la alfombra, sin dejarla de besar, alcance los cuchillos que había dejado antes en la mesa, tome su muñeca y la corte para llenar las copas vacías.

No, ella no se dio cuenta, como te dije la suerte me sonrío e hizo que Galatea se hundiera en el deseo tanto que no supiera que yo empezaba a morder su piel.

¡El dolor de cabeza era cada vez más y más y más fuerte! Y no se alivio hasta que le corte el cuello.

El vestido chorreante pronto pinto mis pantalones y la alfombra, aun la tenia entre mis brazos

El dolor de cabeza disminuyó, y se hacia mas pequeño cada vez que caía una gota mas de la sangre de mi amada.

Llene las dos copas hasta el tope, brinde, y la volví a besar entre sus gemidos.
-“Si mi amor, yo se que no te gusta que esconda el vino, pero era necesario que lo guardaras antes de la sorpresa”-
Bebí hasta el fondo de las dos copas.

Toda mi vida recordare su cuerpo…..

Le quite el la ropa y volví a recostarla sobre la alfombra empapada de su vida para demostrarle mi amor escribiéndole un poema en su piel cada vez que mis manos pasaban através de ella.

Después, no podía distinguir mis gemidos de los suyos, los dos tocaban el mismo instrumento al compás del “ave María” de Mozart.
Corte de nuevo sus brazos de seda para morderla y recitarle mi poema cuerpo a cuerpo.

La herida profunda de su cuello me incitó a besárselo de nuevo.

Nunca antes había entendido el significado de la manera en que yo amaba
Te dije al principio que yo siempre he de regresar algo a cambio
Galatea me regaló el milagro de su existencia, yo a cambio de eso le regrese la paz eterna.

Al cabo de haberle recitado aquel poema cuerpo a cuerpo durante mas de dos horas sus gemidos callaron.

Sus ojos grises se quedaron fijos en mi y mantuvo la respiración eternamente desde ese momento.
Fue cuando la bese por ultima vez para ponerle de nuevo su ropa gentilmente y dejarla recostada sobre el sillón.
Me senté de nuevo en la mesa admirando el escenario, ella recostada sobre la sala y sus sangre corriendo como una cascada hasta mis pies, manchando las patas de la silla , mis pies desnudos hasta la entrada.

El dolor de cabeza desapareció por completo y la paz llego a mi <<

Humberto hizo una pausa suspirando.

-¿En que momento llegaron Carolina y Fernando?- Pregunto el doctor Schull.

-No puedo responderte con exactitud, el placer me invadió totalmente y necesitaba despejarme, por eso salí un momento a admirar la luna sin Galatea , ella debía descansar…..-


El doctor miraba sorprendido y asqueado a Humberto.

En ese momento el inspector seguía haciendo las investigaciones con los antecedentes médicos de Humberto en la mano. Carolina se le acerco.

-Inspector necesito decirle algo…Fernando también ha sido el culpable de la muerte de mi prima.

El inspector la miró presionándola para que revelara el secreto de Fernando.

-Inspector…Fernando también asesino a Galatea! El fue el culpable de que Humberto se descontrolara. Las pastillas que le “receto” eran anfetaminas!
Fernando y yo siempre nos llevamos mal porque el sabe que yo descubrí que no fue un año de medicina lo que estudio, si no un año de químico farmacéutico solamente para envenenar de nuevo a Humberto.
Fernando sufre de esquizofrenia, siempre quiso hacernos daño y ahora lo ha provocado.

-No tiene mucho sentido lo que me dices niña.

-Pero así es como fue inspector ,Humberto es inocente , el solo la amaba…..

-Entiendo que Humberto tuviera la voluntad de tratar su problema , lamentablemente no pudo hacerlo durante mucho tiempo y pues asesino a tu prima y esa es razón mas que suficiente para darle una sentencia, no podemos doblegarnos a un cuento de hadas que termino en solamente sangre

“Ella me regalo el milagro de su existencia…yo le devolví la paz eterna”
Descansa en paz mi amada Galatea